9/23/2012

XI. El Desierto y la Nostalgia

Las experiencias místicas y experiencias contemplativas (las que se producen cuando practicamos oración contemplativa / meditación) no suelen mantenerse con el transcurso del tiempo. El Alma pasa por períodos donde nada místico se experimenta, es como si Dios se alejara. La sensación es de vacío, no son buenas etapas para transcurrir, pero son necesarias. A estas etapas suelen denominárselas Desiertos. Pueden llegar a durar años. Durante esta etapa el Alma que ha experimentado en el pasado a Dios puede incluso pasar por dudas en su Fe o respecto a lo que ha experimentado/vivido con anterioridad.
Otros momentos muy difíciles son los de Nostalgia. Aquí el Alma siente el profundo deseo de "volver a Casa", de estar en unión permanente con Él. Como esto no es posible en la Tierra algunas Almas quisieran estar ya en el Cielo. Paciencia y oración, solo la paciencia, la oración y el entender que Dios nos mantiene vivos en este mundo por algún motivo, nos puede liberar o consolar en los difíciles momentos de Nostalgia.

9/19/2012

X. La Eucaristía

Pensaba yo que la Eucaristía era un acto simbólico en el cual se recordaba a Jesús en la Última Cena ("Hagan esto en memoria mía" había dicho). Meditando al respecto me es dado a conocer que el Espíritu de Cristo se extendía sobre todo el planeta como una Luz en forma de entretejido. Había puntos de conjunción donde esa Luz era mucho más brillante, más potente, más concentrada, esos puntos constituían la Eucaristía. De allí que comprendí que no era tan solo un acto simbólico sino que al tomarla incorporamos el Espíritu de Cristo a nuestro ser, una Comunión. Unión en común entre nuestra Alma y la de Dios. Comencé a asistir a Misa y comulgar todos los días. Realmente la siento como un Alimento Espiritual que nos fue dado a los humanos para ayudarnos a transitar el Camino hacia la Verdad y la Vida.
Años más tarde comprendí frente al Santísimo Sacramento que este no es una cosa sino una Persona. Es el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Jesús. Realmente está vivo allí. Pan del Cielo.

9/18/2012

IX. La Crucifixión

Meditaba un día acerca del Dolor de Cristo en la Cruz. Le supliqué si me podía mostrar como había sido. Comencé a visualizar a Jesús en la Cruz y a sentir una gran angustia/dolor en el pecho que me era intolerable, el dolor iba en aumento e incluía el sufrimiento de miles o millones de personas, quizá de toda la Humanidad, no lo sé. Era insoportable. Le dije: "Ya está, por favor no quiero sentir más Tu Dolor", fui liberado del mismo al instante. Aunque estoy seguro que no llegué a experimentar ni un 1% del Dolor que experimentó Cristo en la Cruz. Me hubiera matado un dolor superior.
Esta experiencia me conmovió muchísimo, lloré durante un largo rato, días posteriores a la misma estuve perturbado pensando lo poco que valorizábamos el tremendo Dolor por el que aceptó pasar Cristo para el perdón de nuestros pecados. Sentí que los humanos éramos muy desagradecidos con nuestro Dios.
Casi treinta años más tarde volví a experimentar no solo la Crucifixión, sino toda la Pasión de Cristo.

VIII. Aprendizaje Nocturno

Siguiendo el año 1989 me percato al despertar una mañana que durante toda o casi toda la noche un Ser me había estado explicando/enseñando temas espirituales. Había dormido pero no me encontraba totalmente descansado. Estas lecciones nocturnas me fueron dadas varias noches, por suerte, no todas consecutivas. No sé con claridad quienes las imparten. Charlé con una persona que tuvo este mismo tipo de experiencia de aprendizaje nocturno y me dijo que ella cree que son Ángeles o quizá nuestro Ángel de la Guarda. Quizá sea Dios mismo ese Maestro nocturno, pero con certeza no lo sé. Tampoco creo que sea lo más importante. En cambio sí lo es lo que nos es enseñado. Verdades que, no me canso en repetir, ya se encuentran descriptas en los Textos Sagrados. Es más, cuando veo o escucho a una persona decir cosas, según ellas bajo revelaciones espirituales, contrarias a los Textos Sagrados tiendo a desecharlas. Mi Texto Sagrado es la Biblia Católica ya que soy Católico Apostólico Romano, pero respeto a las demás religiones.

VII. Omnisciencia

Estaba yo un tiempo, aun en mis 33 años, muy interesado en saber como era posible que Dios fuese Omnisciente. Como ser conciente de todo lo que ocurre en este Universo y en el Cielo ?. Hasta que un día le pido que por favor me haga entender con claridad como es eso de la Omnisciencia. Que idea más insensata tuve ! En una (*) fracción de segundo mi conciencia se expandió de mi cuerpo y me mente hasta no sé claramente cuanta dimensión.  Creo que varias manzanas a mi alrededor. La gente, mascotas, pájaros, árboles, etc. entraron en mi campo de conciencia. Como la expansión de la conciencia fue muy rápida me asusté mucho, pensé que mi mente iba a estallar. Obviamente no fue así. "Para muestra alcanza un botón" decían las abuelas. Y eso fue lo que sucedió. Tuve una pequeñísima muestra de lo que podría ser la Omnisciencia. Quedé totalmente convencido que Dios es Omnisciente.

* Las experiencias místicas suelen durar fracciones de segundo, medidas desde nuestro tiempo humano terrestre. Pero la cantidad de información que uno adquiere es inmensa. El aprendizaje es colosal y cambia nuestra forma de ver la Vida.

VI. Dios Padre

Bueno, hasta aquí llegan las palabras ya que no podría encontrar con certeza las que lo describieran exceptuando las que ya están escritas sobre Él en los Textos Sagrados. Como manifestó Jesús, su Hijo, hace unos 2.000 años: "Dios es Espíritu". Luz, Amor, Paz, Bienaventuranza, Omnisciencia, Omnipresencia, Omnipotencia, Eternidad, etc. son algunas de las cualidades descriptas sobre nuestro Padre Celestial en los Textos Sagrados. Esto mismo se percibe de Él cuando eleva nuestras Almas para acercarnos.
Este acercamiento, al principio, puede generar temor. Ese temor, en mi caso, estaba relacionada con la Omnipotencia que percibía y con la vivencia de la casi desaparición del mi yo (Ego). En ese océano de Luz y Amor pasamos a ser tan solo una gota más. La Humildad se hace una realidad tangible.

V. Jesús

Como describí en el post anterior (4º) conocí a Jesús cuando estaba a punto de cumplir mis 33 años. Realmente lo describiría como una persona muy simpática (esa es una de las cosas que más me llamó la atención de Él), dulce, cálido, tierno, firme, continente, como aquel amigo que todos quisiéramos tener. Me sentí absolutamente comprendido y amado por Él. Sus palabras fueron muy claras: "Estás viviendo una Purificación". Me dio una serie de tareas a realizar, como por ejemplo no comer carne los Viernes, hacer Penitencia y muy especialmente tener Paciencia frente al proceso que me tocaba vivir. Le dije a Jesús que no sabía lo que era hacer Penitencia, Él sonrió dulcemente y me dijo que le preguntara a Ana (una amiga muy católica que tenía). También me dijo: María (otra amiga en común con Ana) le preguntó a Ana algo que debía consultarme a mi, dile que la respuesta es SÍ. No tenía idea de lo que estaba hablando. Al día siguiente la llamo a Ana y le dije que había soñado con Jesús (otra cosa de mi no iba a creer) y le conté la charla que habíamos tenido en este supuesto sueño. Se quedó muy sorprendida cuando le comenté respecto a la respuesta que Jesús me había dicho que tenía que darle a María. Ana me preguntó: estás seguro que fue tan solo un sueño ? Era exactamente cómo había dicho Jesús: María le había encomendado a Ana que le preguntara a Jesús si su padre estaba o no en el Cielo, hecho que yo ignoraba. La respuesta era SÍ.
Luego de la charla con Jesús la angustia se desvaneció por completo y fue reemplazada por un estado de Paz que duró meses. Busqué durante un tiempo algún cuadro o imagen que se pareciera al Jesús que había visto y me había hablado. La que encontré más parecida es la siguiente:


IV. El Abismo

Hasta los 32 años mi vida había sido "materialmente" casi perfecta. Dinero en abundancia, mujeres y éxito profesional. Durante el mes de junio de 1989 comencé a sentirme cansado del tipo de vida que llevaba. Ya no me llenaba conocer nuevas mujeres, comprarme nuevas cosas o tener más éxito profesional. En cuestión de días me sumergí en un profundo pozo depresivo, en un sin sentido absoluto. Ya no le encontraba más sentido a mi vida, me había cansado de todo lo que tenía. Ya no me interesaba más la vida, tal como la conocía. Me sentía como si tuviera 90 años. Como no creía realmente en nada, decidí ponerle fin a mi vida. Para qué seguir viviendo me preguntaba si todo lo que había deseado ya lo había tenido.
Sin embargo me invadió una idea que me asustó mucho: y si en realidad existe vida después de la muerte ? Si existe el Cielo y el Infierno ? Adonde iría a parar yo ?. Estaba casi seguro que al Cielo, no. Que había hecho yo de bueno para merecerlo ? Este temor sumado a mi soberbia me llevó a decir estas palabras: "Mirá Dios, yo no sé si existís o no. Pero si existís sabés que me voy a matar, así que te pido que por favor me demuestres claramente que existís y porque motivo tendría que seguir vivo." Escribo estas palabras y sigo sintiendo vergüenza de como le hablaba a mi desconocido Señor Dios. Que soberbio ignorante !
Como no me era posible dormir debido a la angustia que sentía decidí pasarme todas las noches rezando el Padre Nuestro y el Ave María. Porque elegí estas dos oraciones, que rezaba constantemente durante toda la noche, no lo tengo en claro. En aquella época me atraía mucho más el Hinduismo que el Cristianismo.
Siguiendo con mi soberbia le dí a Dios 7 días para que me contestara. Si al final de ese lapso no recibía respuesta alguna sería, para mi, prueba suficiente que Dios no existía y mi justificativo para quitarme la vida.
Durante esa largas y angustiosas noches en las que rezaba alternando un Padre Nuestro y un Ave María también prendía una vela blanca para que me hiciera compañía. Tampoco tenía en claro porqué lo hacía. Tan solo lo hacía hasta que una noche, creo que fue la quinta pero no estoy seguro, la vela comenzó a hacer explosiones como si fuesen fuegos artificiales. Este hecho realmente me asustó, no era algo "normal". Cuando terminan las explosiones la vela se apaga y siento la presencia de alguien en mi habitación. Estaba completamente despierto cuando esto sucedió. Repentinamente mi Alma fue transportada a otro plano superior de existencia donde se encontraba Jesús, dispuesto a explicarme cómo eran en realidad las cosas. Describo esta vivencia en el siguiente post.

9/02/2012

III. Viernes Santo y visión Apocalíptica

Era el comienzo de los años 80 y me hallaba en una etapa de agnosticismo acérrimo. Un Viernes Santo me encontraba en la casa de un íntimo amigo cuya madre, una creyente muy devota, intentaba convencerme del significado e importancia de la Crucifixión y Resurrección de Cristo. Como le tenía un profundo respeto a esta bondadosa mujer solo atinaba a hacerle comentarios que intentaban ser graciosos ya que no creía en nada de lo que ella (o cualquiera) me dijera al respecto. Decido volver a mi hogar pensando en lo "ridículo" que me parecía La Biblia, e infantiles los creyentes. Una vez en casa me dispongo a relajarme de tanto tema religioso viendo algo divertido en televisión. Pocos segundos después algo cambió súbitamente: comencé a sentir terror y no entendía de qué ni porqué. Mi mente había sido transportada a otro tiempo y lugar. Miré por la ventana de mi habitación y parecía que afuera se desarrollaba un caos terrible. Explosiones, temblores, fuego, dolor, llanto, gritos, destrucción  y muerte. Era el Apocalipsis, yo temblaba de terror. No entendía porque ni para que estaba experimentando eso. Después de unos interminables minutos de padecer esta pesadilla comienzo a sentir Paz, la purificación había concluido, la Tierra estaba inmersa en Luz. Se había transformado en un Planeta Sagrado. La Luz (Cristo) había vuelto al mundo y ya todo era Paz y Armonia. Entendí el significado e importancia de la Segunda Venida de Cristo.

II. Lo que aprendí del Mar

Corría el verano de 1969 en una playa bonaerense de Argentina. Jugaba con mis dos mejores amigos del verano cuando decidimos hacer nuestra habitual incursión aventurada al mar. La misma consistía en nadar hasta el banco de arena y volver victoriosos, casi como héroes cuando uno tiene tan solo doce años de edad. Nuestra llegada hasta el banco fue apacible, el mar estaba calmo, amistoso. Nuestro regreso a la playa fue singularmente imprevisto. Por motivos que desconozco mientras nadaba de vuelta a la playa fui atrapado por una corriente de agua que me tiraba hacia adentro del mar y me impedía avanzar. Esta corriente se generaba por uno pilotes viejos que no habían sido removidos de un antiquísimo muelle de pescadores. En mi desconocimiento de como tratar con el mar intentaba vanamente "luchar contra la corriente". Nadaba, nadaba y me iba quedando sin fuerzas. En unos minutos mis músculos comenzaron a cansarse y me comencé a hundir. Continuaba luchando infructuosamente pero cada vez me costaba más esfuerzo mover los brazos y las piernas para poder salir a flote y poder respirar, continuaba hundiéndome hasta que llegó un momento en el que comprendí que no podría regresar y que terminaría muriendo ahogado en el mar. Fue en ese preciso instante donde sentí una profunda tristeza, pensé: "me voy a morir siendo tan joven, que cosa terrible, no quiero morir ahora". El pensamiento se parecía más bien a un grito de desesperación que no llegaba a salir por mi boca. El mar me había vencido y me llevaría consigo. Tan solo unos segundos duró esa amargura ya que fue reemplazada por la aceptación de mi situación de muerte casi inminente. En un segundo y sin entender porque y cómo mi Alma se encontró sentada en las falda de un Ser de Luz, de forma humana, que me contenía y sostenía como una padre sostiene a su pequeño hijo cuando está sentado en el cine. En este caso la "película" que se proyectó fue toda mi vida. Pero no era como ver una película común, esta se percibía en varias dimensiones así que podía "ver" como cada acto y palabra que había emitido o realizado actuaba en los demás. Podía sentir lo que los otros habían experimentado al interactuar conmigo. También tenía una clara conciencia del Bien y del Mal que me permitía ver con mucha claridad si mis acciones habían sido o no correctas a los ojos de lo que solemos llamar Dios. Ese Ser que me tenía en su regazo parecía saber todo sobre mi y me trataba con una ternura y un Amor que nunca había experimentado. Me mostró que lo más importante que había vivido en esos doce años era mi amistad con mi amigo Oscar. Oscar era un año más grande que yo, era el hijo del dueño de la panadería que estaba frente a mi casa. Oscar era como un hermano para mi, lo amaba casi incondicionalmente y sentía por él un gran respeto y admiración. Solía enseñarme cosas, frases, palabras, algo que yo valorizaba mucho.
Cuando termino de ver la película sobre mi vida el Ser de Luz me dice algo así (no recuerdo con exactitud las "palabras"): "Tu vida valió la pena ser vivida, aprendiste a AMAR. Porque uno viene al mundo a aprender a AMAR". Acto seguido comenzamos a subir como en un ascensor hacia lo que en la tierra denominamos Cielo. Lamentablemente hasta allí no llegué. Subíamos y era como si atravesáramos nubes que se iban haciendo cada vez menos densas y dejaban pasar más y más Luz. A medida que subíamos la sensación de Paz y Gozo que experimentaba iba en aumento. Ya no quería volver a la tierra, me quería quedar junto a ese Ser que me resultaba extrañamente muy familiar. Digo extrañamente ya que no recordaba haberlo conocido con anterioridad. Lamentablemente mi viaje hacia el Cielo fue interrumpido abruptamente. Nuevamente me encontraba dentro de mi cuerpo físico pero ya no sentía que me ahogaba. Un hombre con un contextura física importante me estaba sacando del mar, ya casi llegábamos a la costa. Cuando mis pies volvieron a tocar la arena era como si hubiese aterrizado viniendo de no sé donde. No entendía nada, hacía unos segundos sentía que había muerto, que me estaba yendo al Cielo y ahora estaba nuevamente en la tierra. ¿Qué le iba a decir a mis padres y amigos? ¿Quien me iba a creer lo que había vivido?
Obviamente, en aquella época, que poco o nada se conocía de Experiencias Cercanas a la Muerte (Near Death Experiences), nadie me creyó. Pero eso creo, no era lo importante. Aquella experiencia marcó un antes y un después en mi vida. Aunque solo muchos años más tarde pude comprenderla con mayor profundidad, me dejó la enseñanza que existe un Bien y un Mal. Que si hacemos el Bien iremos al Cielo. Y lo que aquel Ser que evaluó mi paso por la tierra, que hoy sé que era Jesús, me dijo: "Uno viene al mundo a aprender a Amar".

I. Primera Visión de Jesús

Transcurría el año 1963, tenía unos 6 años y estaba durmiendo junto a mi hermana menor y una señora que nos cuidaba. Repentinamente me despierto a medianoche con la sensación que había alguien en la habitación, no sabía quien o qué. Comienzo a mirar hacia mi alrededor y a los pies de mi cama, elevado como a un metro y medio de altura pude ver a Jesús, como flotando en una nube. Sus brazos estaban extendidos y podía ver su Sagrado Corazón. Tomé la visión como algo natural, me tranquilizó verla aunque no entendía bien de que se trataba. Volví a dormirme en tranquilidad.